Bueno, hoy voy a pegar otro salto al pasado. Pero esta vez no voy a la era de los dinosaurios.
Estos dos de la izquierda, son el Entelodonte. Era uno de los animales más peligrosos de América del Norte. Vivió hace de 45 a 25 millones de años, justo después de la desaparición de los dinosaurios, durante el final de una era de hielo.
Al Entelodonte, se lo conocía por varios nombres, los más populares ''El cerdo asesino'' y ''El cerdo del Infierno''. Este animal, contaba con patas mucho más largas y delgadas que la de los cerdos actuales. Su hocico alargado, contaba con todo tipo de dientes. Los que más destacaban, sus grandes incisivos y caninos. Por el tamaño de sus dientes. el Entelodonte podía arrancar bocados enormes de carne e incluso podría triturar huesos. Pero no sólo comía carne. El Entelodonte era omnívoro. Su principal fuente de alimento eran caballos y camellos prehistóricos junto con tubérculos, raíces y plantas.
La primera impresión de los científicos al examinar los huesos y el cráneo del Entelodonte, fue de que este animal fue un excelente depredador. Pero estaban equivocados. A pesar de sus largas patas, el Entelodonte no era tan rápido como se creía en un principio. Era rápido, pero no lo suficiente como para alcanzar en una carrera al caballo y al camello. En cambio, si tenía mucha resistencia. Es más, el Entelodonte, sostenía todo su peso sobre esas patas delgadas. Si este animal corriera y diera un giro brusco, se rompería una pata. Así que el Entelodonte no podía realizar una persecución más que en línea recta y en campo abierto.
Otra de las cosas que llamaba la atención del cerdo ''asesino'' era su cavidad nasal. Era enorme. Los osos pardo actuales, tienen una cavidad nasal bastante grande para poder olfatear comida en una distancia aproximada de 10 km. Los científicos calcularon que el Entelodonte, podía rastrear presas en un radio de 40 km. Es más del doble.
En una excavación, descubrieron un grupo de huellas, cerca de lo que en su día fue un lago. Había 3 tipos de huellas; De un caballo prehistórico, de dos tigres dientes de sable y de un Entelodonte. Al parecer, los tigres dientes de sable, estaban persiguiendo al caballo. Y nuestro animal, iba por detrás del grupo pero eso no es todo. Las huellas iban en zig-zag. Este es un comportamiento típico de carroñeros.
Por tanto, el famoso ''Cerdo Asesino'' no era tal. El Entelodonte, juntando todas las pruebas, se trataba de un carroñero.
Los paleontólogos, creen que el comportamiento del Entelodonte se basaba en su olfato.
El Entelodonte, se movía en zig-zag, olfateando el aire. Con este movimiento, este animal recibía aromas de dos direcciones. Una vez que detectaba una posible presa, o el aroma de un depredador, se movía al trote, buscando al animal que estuviera persiguiendo, sin dejar de moverse en zig-zag por si el aroma cambiara de dirección. A pesar de no ser muy veloz, yendo a buen paso, a pesar de que estuvieran a una gran distancia el Entelodonte tenía la suficiente resistencia. Una vez encontrado el animal, el Entelodonte comprobaba si ya estaba muerto, acosado por un depredador o estaba solo. Si estaba solo, el Entelodonte, tendría que continuar con la búsqueda de cadáveres. Si estaba siendo acosado, sólo tendría que esperar. Si ya estaba muerto, el oportunista del cerdo del Infierno hacía su aparición, y tras una exhibición de colmillos y rugidos, conseguía su presa. Además, sus fuertes dientes le ayudaban a partir huesos para conseguir el tuétano del interior. Por su tamaño, pocos animales se atrevían a retar a este animal. Sin embargo, si alguno se atrevía, el Entelodonte era superior en fuerza. Sin embargo, aunque pudiera conseguir fácilmente la comida, primero tenía que encontrarla. Se cree que el Entelodonte pasaba la mayor parte de su tiempo buscando comida.
A pesar de que parece que el Entelodonte tenía una buena táctica para cazar, este animal era bastante tonto. Tenía el cerebro del tamaño de una naranja, y sólo tenía en la cabeza funciones básicas.
Este animal, pese a que me siguen gustando más los dinosaurios, me gusta bastante. Me parece un animal... Distinto a todo. Este animal, no necesitaba pensar. Sólo actuar. Y, eso, también lo convierte en un animal complejo porque, aunque le realicen un tac al cráneo, no creo que saquen mucho en conclusión salvo su capacidad de visión, auditiva y olfativa. Y eso lo hace más interesante. Porque no tenemos que buscar en el cerebro, y en su inteligencia. Si no en su comportamiento. Es un animal de acción, y el comportamiento, no se fosiliza. Por tanto, los secretos del Entelodonte son todo un reto.
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