viernes, 3 de junio de 2016

Evolución de las ballenas (Parte II)

Continuando con la entrada de ayer, la primera parte de la evolución de las ballenas (http://www.biovidamaia.com/2016/06/evolucion-de-las-ballenas-parte-i.html) continuamos con la evolución de cómo un mamífero terrestre, se convirtió en el mayor mamífero de la tierra.

El Ambulocetus, (véase entrada anterior), evolucionó en dos grandes especies. La primera descubierta, el Basiloaurus, es la de mayor tamaño, midiendo 18 metros de largo.
Era el mayor depredador de la época, hace 39 millones de años.
Este animal, es muy curioso por varios aspectos. Es la primera ballena primitiva que alargó su cuerpo y tuvo la cola de las ballenas contemporáneas, sin embargo, a ambos lados del cuerpo, en el inicio de la cola, se ven dos extremidades traseras de su pasado terrestre. Eran completamente inútiles, pero aún no habían desaparecido, es más, conservaban todos los huesos del pie. Llegaban a pesar 6 toneladas. Este animal cazaba tiburones, e incluso la segunda especie de ballena primitiva que vivía en esa época: el Dorudon.

El Dorudon era un tipo de ballena bastante más pequeña que el Basilosaurus, llegaba a medir 6 metros de largo y se asemejaba más al delfín.
Sus extremidades traseras, servían como aleta y no eran del todo inútiles como en el caso del Basilosaurus. Su cola también era horizontal como la de las ballenas actuales. Al ser más pequeña, era más rápida. Aún así, era presa de tiburones y Basilosaurus, así que muy probablemente viviría en grupos, como los delfines actuales.

Hace 36 millones de años, el Basilosaurus se extinguió, debido a un cambio climático en el que el agua de las costas se congeló en los polos. El Basilosaurus cazaba en aguas poco profundas, cerca de las costas, Su cuerpo rectilínio era idóneo para estas aguas. Sin embargo, al disminuir el nivel de los océanos, el Basilosaurus fue forzado a dirigirse a aguas más profundas, pero se le presentó un problema fatal: Su cuerpo no estaba hecho para sumergirse a gran profundidad.

El Dorudon, en cambió, no tuvo ese problema, debido en parte, a que mantuvo unas proporciones en su cuerpo semejantes a la de sus antepasados. Fue esta especie primitiva de ballena la que sobrevivió y siguió evolucionando hacia la ballena que conocemos actualmente.
Cuando apareció el depredador más grande que jamás haya existido, el Megalodon, un tiburón gigante de 16 metros y 47 toneladas, las ballenas se desplazaron a aguas más frías, donde el Megalodon, de sangre fría, no podía alcanzarles. Así, las ballenas se mantuvieron a salvo, desarrollando la ecolocalización para cazar sin necesidad de ver a sus presas, y sobreviviendo hasta nuestros días.

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