La EPOC, es una enfermedad, como su nombre indica, de los pulmones. No puede curarse, pero sí prevenir y tratar, mejorando así su pronóstico.
Esta enfermedad provoca que los bronquiolos y alvéolos pierdan su elasticidad, que sus finas paredes se destruyan y que los pulmones fabriquen más mucosidad de lo normal. Esto provoca que el flujo aéreo se limite poco a poco y las vías respiratorias se obstruyan.
Cuando el daño es más grave, es más difícil respirar y resulta complicado llevar suficiente oxígeno a la sangre y tener un exceso de dióxido de carbono, manifestándose en una saturación de oxígeno en sangre baja.
Los primeros síntomas de EPOC, comienzan con tos, exceso de mucosidad, aumento de ronquidos.... Prosiguen con dificultad respiratoria o disnea, fatiga y ahogo al andar y al aumentar la actividad física (subir escaleras, cuestas, levantar pesos...). Con el tiempo, algo tan sencillo como vestirse o o bañarse, puede resultar tedioso para una persona con EPOC.
Como la cantidad de oxígeno en sangre disminuye, se sufren otros síntomas, como son sensación de agotamiento, falta de concentración e incluso opresión en el pecho.
Es una enfermedad que evoluciona progresivamente, de normal de una forma lenta. A menudo sus síntomas se atribuyen a problemas leves y no se tiene en cuenta esta posibilidad. Con frecuencia, cuando el diagnóstico llega, la enfermedad ya está muy avanzada.
Toda persona mayor de 40 años fumador/a, con un historial de tabaquismo actual o pasado de 20 cigarrillos al día, y sobre todo, si presenta algún síntoma, debería acudir a su médico para que le midan la saturación de oxígeno en sangre y se realice una espirometría. Es una enfermedad que si se diagnostica en su primer estadio puede conseguirse que se realentice su progresión y que las limitaciones en la vida cotidiana se reduzcan significativamente.
Lo más importante para un paciente con EPOC, es dejar de fumar. El tabaquismo es una de las principales causas del desarrollo de la enfermedad, y sólo ayuda a que ésta avance más rápido.
Para detener su avance, lo principal es dejar de fumar.
Algunos de los tratamientos para pacientes con EPOC, dependiendo del caso clínico y el estado de la enfermedad son: El uso de inhaladores, tratamientos con mascarilla de oxígeno x veces por semana e incluso el uso de una máquina de oxígeno durante la noche.
Con estos tratamientos, se ayuda al paciente a dilatar sus bronquios y respirar mejor, su uso diario y/o prolongado, contribuye también a impedir que se cree más mucosidad en los pulmones.
También es algo recomendable vigilar especialmente resfriados, gripes, bronquitis y neumonías de pacientes con EPOC, puesto que podría bajar aún más la saturación de oxígeno en sangre y llegar a niveles peligrosos.
La EPOC es una enfermedad muy desconocida por la sociedad, pese a que su indebido tratamiento (fundamentalmente no dejar de fumar) o su tardío diagnóstico, así como posibles complicaciones como problemas cardíacos o empeoramiento de la situación pulmonar, mata en España al año a 18000 personas.
Yo animo a todo aquel que presente síntomas y sea fumador, entre las edades mencionadas a medirse el nivel de saturación de oxígeno en sangre. Los niveles normales son entre un 95-100%, siendo ya niveles bajos y a tener en cuenta un 90%.
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