Lo más llamativo de este pez, es su cráneo. Su cráneo está recubierto de placas óseas muy duras. Los diente que se ven en la imagen, no son dientes, si no hueso. Su mandíbula inferior, era flexible, lo que permitía al dunkleosteus poder echar la mandíbula hacia delante. Sus dientes, son verdaderas cuchillas. Al cerrar el dunkleosteus la boca, hacía que los dientes se afilaban.
Fue el depredador más peligroso en su época, y el animal más grande. Su técnica de caza era sencilla pero eficaz: Perseguía a su presa, y cuando estaba cerca de ella, pegaba aletazos con su potente cola, que era un remo de 1'4 metros de largo repleta de músculo, y abría la boca. Este animal, podía abrir la boca en menos de un segundo. Esto, no sólo permitía al dunkleosteus un ataque rápido, si no que también ejercía una succión, y la presa perseguida, era absorbida por su boca. En cuanto el pez se colocaba cerca de la boca, el dunkleosteus adelantaba su mandíbula inferior, y cerraba de golpe la mandíbula. Todo ello, en una fracción de segundo. El dunkleosteus cortaba y mutilaba a sus presas, para comérselas tranquilamente.
El problema del dunkleosteus, era que al no tener dientes propiamente dichos, no masticaba a sus víctimas, y se las tragaba enteras. Esto provocaba que su digestión fuera muy pesada. No sólo eso, si no que algunos dunkleosteus, tragaban a sus presas, sin haberlas matado antes, y llegaban vivas a su estómago. Esto podía ser un gran problema, ya que los animales vivos podrían dañar la pared del estómago, y matar al dunkleosteus.
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